Educador profesional
Las lecturas de esta semana me gustaron mucho. Es increíble cómo, a veces, no somos tolerantes a las críticas ni de nuestros alumnos ni de nuestros colegas.
Las críticas constructivas son necesarias para nuestro quehacer diario, sin embargo es muy difícil aceptarlas. Cuando los alumnos nos evalúan en las ECOAS me gusta ver la calificación que me ponen, pero me cuesta trabajo leer sus comentarios porque algunos de ellos no son favorables. Aunque una vez que me armo de valor, me doy cuenta que no son comentarios negativos, al contrario, son críticas constructivas que me ayudarán a ser mejor profesor.
Se me hace muy acertado el artículo de Audrey Watters sobre el juramento hipocrático. Así como los médicos hacen uno, los profesores también deberíamos hacerlo aunque, como dice Brian Bennett, un juramento tan largo y pasado de época no se aplica en su totalidad a la enseñanza. Es por eso que los puntos que él sugiere como compromisos para el profesor, se me hacen más adecuados. Son cortos y aterrizados a la realidad y a nuestros tiempos.
En mi trabajo como coordinadora de departamento, también tengo que involucrarme en retroalimentar a los profesores de mi área y no es fácil, sobre todo cuando no son cuestiones positivas. Lo ideal es hacerlo de manera constructiva y eso es lo que trato de hacer.
Con los alumnos trato de hacerlo lo más cercano posible a su examen o tarea para que sepan por qué obtuvieron cierta calificación. Siempre estoy dispuesta en clase a resolver sus dudas de manera inmediata pero los alumnos solo tienen “dudas” un día antes del examen.
En este curso me estoy dando cuenta que hago muchas cosas que no tenía en cuenta. Me refiero a que no estoy consciente de mi trabajo en el salón hasta que hago estas reflexiones. Estoy muy motivada a seguir en esto y aprender aún más.
aleal125 